Semillero Cuerpo Mediador 2024-2:
Lxs artistas (como) médiums

En el libro Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria (2010), Silvia Federici, su autora, siembra una oración sugestiva: “El mundo debía ser «desencantado» para poder ser dominado” (p. 239). En tal contexto el desencanto supone una estrategia de ruptura de vínculos entre las personas y lo no humano (animales, montañas, aguas, espíritus, etc.); y el dominio emerge de actos sexistas, racistas y clasistas obsesionados con clasificar, diferenciar y jerarquizar cuerpos y relaciones. Lo anterior demanda una consigna ¡necesitamos re-encantar el mundo! El re-encantamiento surge como utopía política contra el desencanto, donde la imaginación deviene en acto de rebeldía y la creación demanda éticas vinculantes. Desde la danza nos preguntaríamos: ¿cómo re-encantar mundos desde la corporalidad y las relaciones intersensibles?, ¿podría el movimiento devenir en acto emancipatorio?, ¿qué fronteras del saber correríamos desde-con-entre la danza al hacer-nos movientes que re-encantan vínculos entre humanos y no humanos? ¿Cómo ser o hacerse médium supondría ahondar en la posibilidad de dejarse atravesar?, ¿cómo entender la noción de “comunidad” desde lógicas expandidas, menos antropocéntricas? Estas dudas (con)mueven, insisten en la gesta de danzas otras y del cultivo de respons(h)abilidades éticas, políticas y estéticas de artistas conectadxs con lo vivo.

En “lxs artistas (como) médiums” la danza se deja permear por los estudios feministas, queer/cuir y de género. En este espacio interesa poner a hervir la idea de hacerse médium con-desde-entre prácticas artísticas y sensibles que son críticas frente al sexismo, el extractivismo y la colonialidad. Ser médium como un modo de mirar-habitar-hacer entre dos o más entes. Estar-siendo médium como renuncia ante binarismos y dicotomías propias del sujeto moderno-colonial. Médiums salvajes y rebeldes ante aquello que ordena y da órdenes a esta y otras existencias. Ahuecaremos (des)bordes de la danza para ensayar corporalidades como gestos políticos. Llevaremos a cabo sesiones de trabajo semanales que pendularán entre teoría (sensible) y práctica (pensante). Buscaremos construir una epistemología común que nos ayude a des/orientarnos entre las comisuras de la danza y las perspectivas feministas, queer/cuir y de género. Nos enterneceremos y nos dejaremos afectar.