Elaborado por: Ibette Correa Olarte

Coordinadora de Práctica Pedagógica CENDA

Noviembre 2022

El pasado sábado 19 de noviembre asistimos a la jornada de cierre de los procesos de práctica pedagógica de los programas de Licenciatura en Educación Artística y del programa de profesionalización en artes. Desde hace un par de años, este encuentro se ha convertido en una celebración de la pedagogía, una fiesta que rinde homenaje al encuentro de saberes que acontece en la cotidianidad de las instituciones en la que se hace presencia a través de proyectos formativos y una oportunidad para la conversación académica, solidaria y amorosa entre profesores y estudiantes en el sentido edificante planteado por Carlos Skliar. 

Y afirmo que es una fiesta porque los actores principales, lucen siempre engalanados para la representación pedagógica, ellos siempre animados y con el histrionismo que los caracteriza, llenan el escenario de colores, sonidos e imágenes a través de las cuáles reconstruyen la experiencia vivida en colegios, comunidades y organizaciones sociales y nos la comparten a través de sus diferentes lenguajes. La pedagogía, nos han mostrado los estudiantes de artes, es esencia viva, dinámica cambiante del saber del maestro que parte de la encarnación de las ideas de los grandes pedagogos o teóricos sobre la educación, en vínculo orgánico con una lectura situada de las necesidades de los colegios, las organizaciones sociales y las comunidades que permite concretar unas estrategias de enseñanza que promuevan la transformación del pensamiento de quienes se involucran en el proceso. 

La puesta en escena a través de los recursos audiovisuales y de actuación configura un reto para nosotros -los espectadores- en tanto los símbolos, alegorías y metáforas nos obligan, para comprender, a acudir a nuestros saberes y conocimientos para re-construir e incorporar los mensajes contenidos en las imágenes, las secuencias, los diálogos propuestos y sobre todo para participar de la conversación. El diálogo sensible que propicia la experiencia escénica nos permite resignificar la enseñanza y el aprendizaje en tanto prácticas socioculturales; la conversación abierta entre maestros en formación, tutores y representantes de las comunidades son constitutivos y constituyentes del sentido colectivo de la práctica, ayuda, ese diálogo, a fortalecer nuestros procesos académicos institucionales, al tiempo que abre puertas y ventanas para observar e identificar las potencias y las posibilidades del desempeño profesional; en otra palabras es conversación que crea identidad. 

En la socialización de este fin de año, viajeros espaciales, marionetas, periodistas, pseudo-periodistas, pintores, bailarines, escritores, poetas, nos convidaron a un viaje hacia nuestra subjetividad de maestro, un viaje en el que felizmente podemos desnudar nuestros miedos, nuestras dificultades, pero sobre todo, un viaje en el que podemos imaginar nuestras posibilidades. Estuvimos en contacto con un grupo de maestros comprometidos con la profesión docente, por tanto, comprometidos con la esperanza de construir un mundo mejor.